Alma herida,
hundida, confusa, suicida…
Nunca supo
que estaba bien ni que estaba mal, siempre tan tranquila, confiada, con una
aparente estabilidad.
Pensando que
lo tenía todo, que no le faltaba nada. Con miedo a perder, a no saber
disfrutar.
Cometió errores
que no supo como reparar, huyó, volvió, y se retiró al final.
Lastimó,
mató, produjo oscuridad, revolvió su mundo y el de los demás; no supo frenar,
se dio por vencida y se intentó entregar.
No fue bien
recibida en ese nuevo mundo feroz, intranquilo, cauteloso, con miedo a fallar,
a no saber perdonar.
Dio un paso
hacia atrás, pero no regresará, no quiere causar mas daño ni lastimar más.
Renacerá de
nuevo de la oscuridad cuando aprenda que con miedo no conseguirá ganar. Cuando
se arriesgue a vivir sin necesitar de nada mas que de su fuerza, confianza,
valentía y bondad.
Que no
dependa de nadie para alcanzar la tranquilidad, que brille con la luz propia
que tiene, aunque ahora apagada está.
Que no hay
límites para el que sueña, que cada día se aprende más. Que de las
tinieblas se sale, que lo mejor está por llegar.